
Tomamos un autobús desde Cuzco por la noche dejándonos en
Arequipa muy temprano. Nuestra idea era pasar allí una noche y continuar a Lima pero había un inconveniente, los mineros estaban en huelga y habían cortado las carreteras a Lima. Fue una huelga muy dura, incluso murieron varios civiles. Otra opción era ir a Lima en avión pero salía muy caro, así que decidimos hacer una excursión de dos días y una noche al cañón del
Colca.

Contratamos la
excursión a través de nuestro
hostel con la empresa
Wanabi tours ( damos el nombre por si alguien decide hacer la excursión porque es buena ).

Durante el trayecto al parque del valle del
Colca hicimos varias paradas para ver las llamas, alpacas y demás bichos que andaban por allí. Nos paramos también en el mirador de los volcanes desde donde se podían ver unos pocos, solo en
Arequipa hay más de 300 volcanes!!!.

Y llegamos a
Chivay, la entrada del parque y pueblo donde nos quedaríamos a dormir para al día siguiente ir al valle y cañón del
Colca.

Paseamos por sus calles llenos de puestos de comida y un mercado de artesanía.

También pudimos disfrutar de sus piscinas termales con el agua a 4o grados. Este agua es calentada por un volcán cercano.

Al día siguiente muy temprano, eran las siete de la mañana y esta gente estaba bailando, llegamos a un pueblo llamado Maca que en catalán significa bonita pues los
colonizadores de este pueblo eran catalanes.

Y por fin pudimos admirar la belleza del Valle del
Colca. Todo el valle estaba plagado de terrazas de cultivo que utilizaban los
inkas y que ahora los habitantes de esta región están recuperando. En las paredes de las montañas cercanas los
inkas hacían agujeros para guardar alimentos. Después los tapaban con barro como si fuesen nidos de golondrinas para almacenarlos y utilizarlos durante las guerras o en caso de malas cosechas. Estos almacenes eran llamados
colcas en la lengua Quechua de ahí el nombre del valle y el cañón.

Llegamos al cañón donde pudimos caminar unos cuarenta minutos y poder disfrutar de la vista desde los miradores del camino.

Más adelante el mirador de la Cruz del Cóndor, animal mítico que alza su vuelo cuando las corrientes de aire comienzan a calentarse para salir a cazar. Tuvimos que esperar un par de horas para poder verlos.

Pero al fin aparecieron. Luego de alucinar
viéndolos realmente cerca, volvimos a
Arequipa donde tomaríamos un autobús que nos llevaría a Lima pues la huelga de mineros había terminado.
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